En vísperas de las Reuniones Anuales, Kim expone una visión para alcanzar los objetivos del Grupo Banco Mundial
CIUDAD DE WASHINGTON, 3 de octubre de 2016—El presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, describió hoy tres pilares fundamentales que imprimirán impulso para lograr los dos objetivos de la organización: poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030 e impulsar la prosperidad compartida.
“Y los alcanzaremos de tres maneras. Uno: acelerando el crecimiento económico inclusivo y sostenible. Dos: invirtiendo en capital humano. Tres: impulsando la resiliencia frente a las amenazas y las crisis mundiales”.
“Dos objetivos, tres maneras de alcanzarlos” , dijo Kim.
En un discurso pronunciado en la Brookings Institution en vísperas de las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Kim hizo referencia a un nuevo informe del Banco Mundial en el que se señala que la desigualdad de ingresos entre todas las personas del mundo se ha reducido, y que la desigualdad a nivel nacional ha ido disminuyendo en muchos de países, ricos y pobres. No obstante, la desigualdad sigue siendo demasiado elevada, tanto en el mundo en general como dentro de los países. Esto limita el crecimiento y genera inestabilidad.
“Por lo tanto, no solo tenemos que centrarnos en el crecimiento, sino que debemos continuar trabajando para reducir la desigualdad; tenemos que lograr que el crecimiento sea más equitativo”, señaló Kim.
Kim instó a aumentar considerablemente el financiamiento para infraestructura a fin de impulsar el crecimiento económico, a través de una cooperación mucho mayor entre los sectores público y privado en materia de inversiones en infraestructura. Al mismo tiempo, frente a una mayor dependencia de la inversión privada, el Grupo Banco Mundial tendrá que estar más atento para asegurarse de que la privatización no signifique la exclusión de los pobres y los marginados.
“Nuestra principal prioridad es poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida, y nuestro trabajo con el sector privado debe guiarse por estos dos valores”, observó Kim.
Con respecto al segundo pilar, invertir en capital humano, Kim señaló que realizar inversiones en las etapas más tempranas de la vida de las personas marcará una gran diferencia en la capacidad de los países para competir.
“Los Gobiernos que no invierten desde el primer momento en una fuerza de trabajo capacitada, saludable y productiva socavan el crecimiento económico presente y futuro”, declaró Kim. “Debemos ayudar a los países a entender que las inversiones en capital humano son tan indispensables como las inversiones en infraestructura física, si lo que en verdad quieren es fomentar el crecimiento económico y competir eficazmente en el corto, mediano y largo plazo”.
Kim señaló que estas inversiones no solo conducirán a un crecimiento económico inclusivo, sino que también sentarán las bases sociales que sirvan de bastión contra la inestabilidad, la violencia y los conflictos. Si estas inversiones en las personas no se realizan con prontitud, “el crecimiento económico será sin duda insuficiente y, además, una gran cantidad de personas vivirán en países donde no existirán empleos tradicionales que requieran escasa preparación y donde, a menudo sin tener culpa alguna, sencillamente no podrán competir”.
“Permitir que esto ocurra es abrir la puerta a futuras crisis, crisis que no nos podemos permitir. En efecto, uno de los temas que se planteó reiteradamente durante la reunión de los líderes del G-20 es que vivimos en una época de múltiples crisis que se superponen unas con otras”, advirtió Kim.
Para encarar los desafíos que plantean estas crisis, Kim describió el tercer pilar del enfoque del Banco: un papel mucho más amplio de la institución para promover la resiliencia de los países clientes frente a algunas de las perturbaciones más graves que amenazan con hacer retroceder décadas de avance contra la pobreza. Como amenazas actuales señaló el desplazamiento forzado, el cambio climático y las pandemias.
Con respecto al desplazamiento de personas, Kim observó que recientemente, en las Naciones Unidas, el Banco anunció la creación del Servicio Mundial de Financiamiento en Condiciones Concesionarias para países de ingreso mediano, que en los próximos cinco años movilizará unos USD 1000 millones en donaciones destinadas expresamente a Jordania y Líbano, y otros USD 500 millones en donaciones para ayudar a otros países a abordar futuras crisis de refugiados dondequiera que estas ocurran, incluso en países de ingreso mediano.
En cuanto al cambio climático, Kim celebró el extraordinario esfuerzo colectivo que culminó en el Acuerdo de París. “Durante el proceso del 21.er período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 21) quedó en claro nuestra ambición colectiva. Al término del encuentro, nuestras metas eran incluso más altas que las que teníamos en la apertura. Convinimos en que en vez de limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados, intentaremos mantenerlo por debajo de 1,5 grados centígrados”.
“El triunfo político de la CP 21 nos ha conducido al momento actual”, dijo Kim. “Pero ahora debemos ir más allá de la exultación que nos produjo la CP 21 y dedicarnos a la tarea de financiar e incentivar las medidas que permitirán mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados”.
En lo referente a las pandemias, Kim observó que si hoy sufriéramos el azote de una pandemia tan rápida y letal como la gripe española de 1918, estaríamos frente a la posibilidad de decenas de millones de fallecimientos y una pérdida del 5 % del producto bruto interno mundial, o sea más de USD 3 billones.
Kim se refirió a un nuevo Mecanismo de Financiamiento de Emergencia para Casos de Pandemia que debería estar en funcionamiento antes de fines de este año. “Lo que hemos creado es un instrumento de seguro contra pandemias totalmente nuevo vinculado a un bono para pandemias totalmente nuevo”.
Al concluir sus palabras, Kim dijo que si el Grupo Banco Mundial no existiera hoy, habría que inventarlo. “Pero existimos, y estamos preparados; y lo que es importante, nos hemos adaptado para poder abordar los problemas más complejos que enfrenta el mundo”.
Con todo, Kim dijo que la escala de las inversiones debe ser adecuada para poder superar los desafíos.
“Debemos alcanzar un nuevo nivel de determinación. Cuando lo logremos, finalmente, nuestras aspiraciones para los pobres darán satisfacción a las aspiraciones de los pobres”.