Con datos más detallados y desagregados sobre la deuda soberana se contribuirá a implementar actividades de alivio de la deuda en los países menos adelantados
CIUDAD DE WASHINGTON, 12 de octubre de 2020. En respuesta a la urgente necesidad de incrementar la transparencia de la deuda, la última edición del informe International Debt Statistics (IDS) (Estadísticas de la deuda internacional) ofrece datos sobre deuda externa más detallados y desagregados que nunca en sus casi 70 años de historia; esto incluye desgloses de lo que adeuda cada país prestatario a acreedores oficiales y privados de cada país acreedor, así como los pagos del servicio de la deuda previstos para cada mes hasta 2021.
Antes de la aparición de la pandemia de COVID‑19, el aumento de los niveles de la deuda pública ya eran una causa de preocupación, especialmente en muchos de los países más pobres del mundo, tal como se analizó en nuestro informe Four Waves of Debt (Cuatro oleadas de acumulación de deuda), publicado en diciembre de 2019. Ante el pedido del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, el Grupo de los Veinte (G‑20) ratificó la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) en abril de 2020 a fin de ayudar a 73 de los países más pobres a gestionar el impacto de la pandemia.
De acuerdo con el informe IDS de 2021, en 2019 el total de la deuda externa de los países que pueden acceder a la DSSI aumentó un 9,5 % respecto del año anterior y alcanzó un valor récord de USD 744 000 millones, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de que acreedores y prestatarios trabajen en colaboración para evitar el creciente riesgo de crisis de deuda soberana desatado por la COVID‑19. La acumulación de deuda en estos países avanzó casi el doble de rápido que en otros países de ingreso bajo y mediano en 2019.
El saldo de deuda de los países elegibles para la DSSI ante acreedores bilaterales oficiales —segmento formado principalmente por países del G‑20— alcanzó los USD 178 000 millones en 2019 y correspondió al 17 % de los flujos netos de deuda a largo plazo hacia los países de ingreso bajo y mediano. Dentro del grupo de acreedores del G‑20, se han producido importantes cambios caracterizados por un notable aumento en los préstamos de los países miembros que son países de ingreso mediano. Por ejemplo, la proporción de China —que, por amplio margen, es el mayor acreedor— en el total combinado que se adeuda a los países del G‑20 ha aumentado del 45 % en 2013 al 63 % a fines de 2019. En el mismo período, la proporción de Japón —el segundo mayor acreedor del grupo—, se ha mantenido prácticamente igual, en un 15 %.
La publicación de los datos del IDS de 2021 también refleja los avances logrados para incluir instrumentos de deuda complejos, dada su creciente prominencia en los perfiles de deuda de los países en desarrollo. Los acuerdos de swaps de monedas o de liquidez de bancos centrales que constituyen préstamos de otros bancos centrales también están presentes en los países de ingreso bajo y mediano. El Banco Mundial está trabajando para garantizar que estos instrumentos de deuda se registren en el conjunto de datos del IDS.
Una mayor transparencia de la deuda ayudará a muchos países de ingreso bajo y mediano a evaluar y gestionar su deuda externa durante la crisis actual y a trabajar con los encargados de la formulación de políticas para establecer niveles y condiciones de deuda sostenibles.
“Para lograr la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, será necesario aplicar un cambio a gran escala en el enfoque mundial sobre transparencia de la deuda y las inversiones”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Ha llegado el momento de aplicar un mecanismo mucho más integral para abordar la crisis de deuda que enfrentan las personas de los países más pobres: un mecanismo que incluya la suspensión del servicio de la deuda y esfuerzos más amplios, como la reducción del saldo de deuda y reestructuraciones más rápidas, sobre la base de una mayor transparencia de la deuda”.
El aumento en la transparencia de la deuda es fundamental para la inversión productiva y la sostenibilidad de la deuda. El Grupo Banco Mundial ha pedido que se busque una transparencia total en las condiciones de la deuda y los instrumentos similares a deuda existentes y nuevos de los Gobiernos de los países más pobres. Ha instado a acreedores y deudores a reconocer esta transparencia, de modo de facilitar un análisis que permita a los países encontrar niveles de deuda soberana que estén en consonancia con el crecimiento y la reducción de la pobreza.
“La deuda es lo que permite a los Gobiernos contar con los recursos adicionales que necesitan para invertir en sistemas de salud, educación o infraestructura”, dijo Carmen Reinhart, primera economista del Banco Mundial. “Si uno tiene un problema de deuda, pone en juego todas esas posibilidades. Por eso es importante que la deuda se encamine hacia una vía sostenible lo más rápido posible. No podemos permitirnos otra década perdida”.
El Grupo Banco Mundial, una de las principales fuentes de financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su respuesta frente a la pandemia. Respalda intervenciones de salud pública, trabaja para garantizar el suministro de insumos y equipos esenciales, y ayuda al sector privado a continuar sus operaciones y mantener el empleo. Espera destinar hasta USD 160 000 millones en asistencia financiera durante un período de 15 meses para ayudar a más de 100 países a proteger a los sectores pobres y vulnerables, respaldar a las empresas e impulsar la recuperación económica. Dicho monto incluye USD 50 000 millones correspondientes a nuevos recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que se asignarán en forma de donaciones y préstamos en condiciones sumamente concesionarias.