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COMUNICADO DE PRENSA Octubre 04, 2021

Reabrir las escuelas de manera segura es posible y evitará pérdidas irremediables para el bienestar y futuro de niñas, niños y adolescentes

El contagio en las escuelas que han reabierto con estrategias de mitigación adecuadas alrededor del mundo ha sido bajo, incluso antes de los procesos de vacunación. Sin embargo, el costo de mantenerlas cerradas es dramáticamente alto: 3 de cada 4 niñas y niños en el Perú no podrían leer y entender un texto corto a los 10 años debido al cierre prolongado de escuelas, según estimaciones del Banco Mundial. A las pérdidas de aprendizaje se acompañan perdidas de bienestar socioemocional y salud mental.

Lima, 4 de octubre de 2021.- El Banco Mundial advierte que cierre prolongado de escuelas amenaza el desarrollo y bienestar de los escolares peruanos. La situación para estudiantes en situación de pobreza sería aún más crítica.

“La decisión de reabrir las escuelas es difícil y demanda analizar los potenciales beneficios y costos asociados y dar respuesta clara a las preocupaciones de familias y docentes. La evidencia disponible muestra los graves efectos del cierre de escuelas para el aprendizaje, la salud y el bienestar integral de los escolares, y a la par, señala el bajo riesgo de reabrir las escuelas tanto para alumnos como para profesores”, afirma Marianne Fay, directora del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. “El futuro de una generación de cientos de miles de escolares fuera de la escuela está en riesgo, como también su potencial para impulsar el desarrollo del Perú. Es necesario analizar medidas urgentes con base a la evidencia para evitar pérdidas irreparables”, subraya.

La pandemia está revirtiendo años de avances en la Educación. En el último año, el cierre prolongado de escuelas en el Perú habría incrementado en 20 puntos la pobreza de aprendizajes (de 56% a 76%); es decir, la proporción de niñas y niños que a los 10 años no pueden leer y comprender un texto simple. Este aumento se encuentra por encima del promedio de América Latina y El Caribe (72%). En países como Uruguay, que estuvo entre los primeros en reabrir sus escuelas, la pobreza de aprendizajes aumentaría solo 13 puntos.

Cada semana de cierre que pasa, representa pérdidas adicionales. Como consecuencia, una mayor pobreza de aprendizajes está asociada a menores ingresos laborales a lo largo de toda la vida. Que los escolares continúen fuera de la escuela hoy, supondría sacrificar el potencial futuro de una generación.

Por otro lado, los datos de vigilancia poblacional recogidos al inicio de la pandemia muestran que las y los niños, niñas y adolescentes son menos proclives a contraer la COVID-19 y tienen menos probabilidades de transmitir la enfermedad. Por ejemplo, muestras representativas recogidas en Italia, España e Islandia arrojaron 0%, 0%-3.5% y 0% de casos positivos en niños menores de 10 años; y 1.2%, 4%-4.2% y 0.8% de casos positivos en niños mayores de 10 años, respectivamente. Estas tasas de infección son mucho más bajas que las que se registraban en la comunidad en su totalidad. En otras palabras, para eso niños ir al mercado o a un centro comercial tiene un riesgo mucho más alto que ir a la escuela.  

El reporte del Banco Mundial “Actuemos Ya para Proteger el Capital Humano de Nuestros Niños” muestra que la educación a distancia no puede reemplazar a la educación presencial. Las clases virtuales implican mayor dificultad para alcanzar y mantener la participación e interés de los estudiantes; un gran desafío para mantener la rutina, en especial para estudiantes en situación de vulnerabilidad, con poco apoyo familiar o sin conectividad; una mayor dificultad para que los maestros puedan monitorear y apoyar las necesidades de los y las estudiantes; y una efectividad limitada.

Habida cuenta de estas limitaciones, en varios países de la región, como Chile y Ecuador, la mayoría de las escuelas está regresando a una modalidad semipresencial. En el Perú, menos del 6% de las escuelas—6 600 instituciones educativas de un total de 111 674, de las cuales más de 85 600 son habilitadas— han regresado a un modelo semipresencial, casi la totalidad en zonas rurales. Ello a pesar de que hasta la fecha no se han registrados casos de COVID-19 en las escuelas peruanas que han abierto.

Análisis de data disponible sobre los efectos del cierre de escuela en los estudiantes y experiencias internacionales demuestran que existen algunos principios guía clave para abrir las escuelas de manera segura. Entre ellos destacan un regreso flexible y voluntario, planes individualizados concertados con la comunidad educativa para cada escuela, y la vacunación de docentes y estudiantes. El Perú requiere tomar las medidas necesarias para una reapertura segura y efectiva que permita empezar a recuperar las dramáticas pérdidas de aprendizajes. El Ministerio de Educación viene trabajando en esta línea, pero el regreso seguro a las escuelas exige el compromiso de otros ministerios y el de toda la comunidad educativa.

 

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COMUNICADO DE PRENSA N.º 2021/11/10.PE

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