Santiago de Chile, 06 de enero de 2024. Chile recibió USD 5,1 millones del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF) (i) del Banco Mundial por reducir 1,03 millones de toneladas de emisiones de carbono debidas a la deforestación y la degradación forestal (REDD+). Se trata del primer pago en el marco del acuerdo de pago por reducciones de emisiones (ERPA) celebrado entre Chile y el FCPF, que proporciona acceso a hasta USD 26 millones por reducir 5,2 millones de toneladas de emisiones.
A este hito se llega tras un riguroso proceso de medición, reporte y verificación (MRV), mediante el cual se garantizó que las reducciones de emisiones de Chile cumplieron con los altos estándares del FCPF. Las reducciones fueron verificadas de forma independiente por un organismo de validación y verificación externo, lo que reforzó aún más su integridad.
El Programa de Reducción de Emisiones (PRE) abarca seis regiones: Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, que cubren casi la mitad de la superficie forestal de Chile. Estas regiones son particularmente vulnerables a los impactos del cambio climático, como los incendios forestales recurrentes, las sequías prolongadas y la desertificación. A través de prácticas de gestión forestal sostenible e iniciativas para mejorar las reservas de carbono, el programa contribuye a restaurar los ecosistemas y apoyar a las comunidades para que desarrollen resiliencia climática. En esencia, el programa presenta un mecanismo transparente e inclusivo de distribución de los beneficios mediante el cual se asigna prioridad a las mujeres, los pueblos indígenas y los pequeños propietarios, garantizando que los más afectados por la deforestación reciban apoyo directo y accedan a los beneficios de la acción climática.
“Este hito pone de manifiesto el liderazgo de Chile a la hora de hacer frente a los complejos desafíos del cambio climático, la desertificación y la degradación de los bosques”, dijo Jean-Marc Arbogast, gerente del Grupo Banco Mundial en Chile. “El programa demuestra de qué manera los enfoques integrados pueden producir resultados climáticos tangibles y, al mismo tiempo, abordar las vulnerabilidades de los ecosistemas y brindar apoyo a las comunidades. También se presenta como un modelo mundial para la distribución transparente e inclusiva de los beneficios, que garantiza que las recompensas de la acción climática se repartan de manera justa”.
El PRE también se enriquece con financiamiento complementario, incluidos más de USD 60 millones del Fondo Verde para el Clima (i), que respalda los esfuerzos de conservación de los bosques y resiliencia climática en todo el país.
"Chile es uno de los países más vulnerables a la crisis climática, con impactos cada vez más evidentes en nuestra agricultura y recursos naturales. Por eso, nuestro compromiso con la descarbonización es más urgente que nunca. Esto implica adoptar prácticas agrícolas sostenibles, proteger nuestros bosques y promover tecnologías que nos permitan ser más eficientes y resilientes”, afirmó Esteban Valenzuela, ministro de Agricultura de Chile. “La transición hacia un modelo de desarrollo bajo en carbono no solo es una obligación ambiental, sino una oportunidad para fortalecer nuestra seguridad alimentaria y mejorar la vida de los agricultores y las comunidades rurales".
"Este pago es un hito para Chile, ya que valida nuestro compromiso con la lucha contra la crisis climática", afirmó Aida Baldini, directora ejecutiva de la Corporación Nacional Forestal de Chile. "Estos recursos nos permitirán fortalecer la conservación de los bosques y, sobre todo, apoyar a las comunidades más vulnerables, que son las más afectadas por los impactos del cambio climático. Con esto, reafirmamos que la protección ambiental puede y debe ir de la mano con la justicia social y el bienestar de las comunidades locales".
El apoyo del FCPF a 15 países de todo el mundo ha permitido lograr reducciones de emisiones a escala jurisdiccional a través de programas innovadores como el de Chile. Hasta la fecha, los programas del FCPF registran más de 105 millones de toneladas de reducciones de emisiones, con lo que se han desembolsado más de USD 164 millones en pagos basados en resultados. Estas iniciativas continúan estableciendo puntos de referencia en cuanto a transparencia, inclusión y sostenibilidad en la lucha contra la deforestación y el cambio climático.