La Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva; el Presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass; el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu; la Directora General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala; y el Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, emitieron la siguiente segunda declaración conjunta exhortando a tomar medidas urgentes para abordar la crisis mundial de seguridad alimentaria.
La guerra en Ucrania continúa exacerbando la crisis mundial de seguridad alimentaria y nutrición (i), en un contexto de precios elevados y volátiles de la energía, los alimentos y los fertilizantes; políticas comerciales restrictivas, y trastornos en las cadenas de suministro. A pesar de la moderación de los precios mundiales de los alimentos y la reanudación de las exportaciones de cereales del Mar Negro, los alimentos siguen estando fuera del alcance de muchas personas debido a los altos precios y las crisis climáticas . Se prevé que el número de personas que se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria en todo el mundo siga aumentando (i). Los mercados de fertilizantes continúan siendo volátiles, sobre todo en Europa, donde los escasos suministros de gas natural y los altos precios han llevado a muchos productores de urea y amoníaco a detener sus operaciones. Esto puede reducir las tasas de aplicación de fertilizantes en la próxima temporada de cultivo, lo que prolongará y profundizará el impacto de la crisis.
Se han producido avances considerables en cuatro ámbitos clave que habíamos destacado en nuestra primera declaración conjunta. Las medidas de asistencia social anunciadas o implementadas en todas las economías se cuadruplicaron de 37 a 148 entre abril y septiembre de 2022 . Aplaudimos los esfuerzos del Grupo de Respuesta a Crisis Mundiales y la Iniciativa sobre los cereales del Mar Negro: a través del Centro de Coordinación Conjunta (i), ya se han exportado más de 3 millones de toneladas métricas de cereales y productos alimenticios desde Ucrania. Nos sentimos alentados por la tendencia a la baja de las medidas restrictivas del comercio aplicadas por los países y esperamos que esta tendencia continúe. El apoyo financiero internacional a los países más vulnerables está aumentando gracias a varias iniciativas. El Banco Mundial está implementando su programa de USD 30.000 millones para responder a la crisis de seguridad alimentaria y concentrar en las etapas iniciales los recursos de la Ventanilla de Respuesta a las Crisis de la AIF-20. El FMI ha propuesto crear una nueva ventanilla para shocks alimentarios en el marco de los instrumentos de préstamos de emergencia del FMI. La FAO ha propuesto una serie de recomendaciones de política y preparará mapas detallados de nutrientes del suelo a nivel de país para aumentar la eficiencia en el uso de fertilizantes.
Mantener el impulso en estos frentes y desarrollar resiliencia para el futuro requerirá un esfuerzo continuo integral y coordinado a fin de apoyar la producción y el comercio eficientes, mejorar la transparencia, acelerar la innovación y la planificación conjunta e invertir en la transformación de los sistemas alimentarios:
1) Apoyar la producción y el comercio eficientes: Los gobiernos de todos los países deben reexaminar urgentemente sus intervenciones en el comercio y el mercado agrícola, como los subsidios y las restricciones a la exportación, para identificar y reducir al mínimo las distorsiones. Las intervenciones más cortas causan menos daño que las indefinidas. Promover la producción de alimentos nutritivos y reutilizar el apoyo por un monto de USD 639 000 millones anuales proporcionado a la agricultura por los gobiernos (i) puede transformar los sistemas alimentarios y mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición (i). Preservar el comercio abierto de alimentos, agricultura y energía puede reducir las distorsiones de precios que diluyen los incentivos para una producción eficiente. Los países deben cumplir los compromisos contraídos en la 12ª Conferencia Ministerial de la OMC (i) de restringir las restricciones a la exportación de alimentos y fertilizantes y poner en marcha medidas de facilitación del comercio. También celebramos las aclaraciones sobre las regulaciones pertinentes para permitir que los insumos agrícolas críticos, como los fertilizantes, se trasladen rápidamente a los países necesitados.
2) Mejorar la transparencia: La supervisión del mercado alimentario sirve como un mecanismo de alerta temprana importante y eficiente y debe complementarse con un seguimiento transparente del financiamiento por parte de la comunidad internacional para responder a la crisis alimentaria. Los gobiernos deberían proporcionar los datos y recursos necesarios para apoyar el Sistema de Información sobre el Mercado Agrícola (SIMA) (i), que aumenta la transparencia en los mercados de alimentos mediante el seguimiento de los precios y la disponibilidad de los principales cultivos alimentarios y la promoción de respuestas de política. Además, la Alianza Mundial para la Seguridad Alimentaria (GAFS, por sus siglas en inglés) (i) está armonizando los sistemas de seguimiento existentes en un tablero de control para permitir a los gobiernos y los equipos de los países identificar las necesidades y canalizar el financiamiento para responder a la crisis.
3) Acelerar la innovación y la planificación conjunta: Si bien la investigación y desarrollo agrícolas tiene uno de los rendimientos más elevados del gasto público (i), es un sector en el que crónicamente se invierte poco. La innovación es crucial para hacer frente a los desafíos a largo plazo para la seguridad alimentaria y la nutrición mundiales que plantean el cambio climático, la degradación de la tierra y los ecosistemas, las plagas y las enfermedades transfronterizas de plantas y animales. La difusión de las mejores prácticas de la FAO y el apoyo al Consorcio de Centros Internacionales de Investigación Agrícola (OneCGIAR) son acciones importantes para abordar estos desafíos. Esos esfuerzos también deberían conducir a una coordinación más sistemática y a una planificación conjunta para aprovechar las oportunidades a corto, mediano y largo plazo y prestar apoyo de manera oportuna.
4) Invertir en la transformación de los sistemas alimentarios: El fortalecimiento de la resiliencia de los sistemas alimentarios a los riesgos, incluidos los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos (i), los shocks económicos y las enfermedades, es fundamental para la respuesta a más largo plazo. Abordar tanto los cuellos de botella de la infraestructura como los cuellos de botella del suministro de insumos (por ejemplo, fertilizantes y semillas) es fundamental para establecer un sistema eficiente de suministro de alimentos. El apoyo efectivo y sostenible a los pequeños agricultores será vital para garantizar que formen parte de la solución y para localizar las cadenas de suministro. El papel del sector privado es fundamental, y la Corporación Financiera Internacional (CFI) establecerá una Plataforma Mundial de Seguridad Alimentaria que proporcionará capital de trabajo y financiamiento a largo plazo para agronegocios sostenibles y sectores relacionados en la cadena de suministro de alimentos. Una integración más profunda de los mercados también puede ayudar a evitar los picos de precios de los bienes esenciales e impulsar la diversificación económica y la creación de empleo para desarrollar resiliencia a nivel general.
Seguimos comprometidos a trabajar juntos para abordar las necesidades inmediatas de seguridad alimentaria y nutrición, abordar los problemas estructurales del mercado que pueden exacerbar los efectos adversos y desarrollar la resiliencia de los países para prevenir y mitigar los impactos de futuras crisis.
Contactos:
Grupo Banco Mundial: David Theis, dtheis@worldbankgroup.org
FMI: Nicolas Mombrial, nmombrial@IMF.org
FAO: FAO News and Media, FAO-Newsroom@fao.org
OMC: Bernard Kuiten, bernard.kuiten@wto.org;
WFP: George Fominyen, George.fominyen@wfp.org
Enlaces relacionados:
Declaración conjunta de las máximas autoridades de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Fondo Monetario Internacional, el Grupo Banco Mundial, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización Mundial del Comercio sobre la crisis mundial de la seguridad alimentaria.
Actualización sobre la seguridad alimentaria