Con una ocupación del 224% en sus prisiones, el Perú se enfrenta a un importante reto para lograr la reinserción de sus internos. En la Escuela Taller del Penal de Quencoro, en Cusco, más de 800 internos elaboran trabajos de artesanía que constituyen la fuente de ingreso principal para muchas familias de las regiones más pobres del país. El Banco Mundial, a través de un piloto, ha dado capacitación a 80 de ellos para que desarrollen habilidades que les permitan reincorporarse fácilmente al mercado laboral.
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