DESAFÍO
En el año 2005, la mayor parte de las tierras comprendidas en el Sistema de Áreas Naturales Protegidas eran sólo áreas de conservación “en papel”, sin un marco jurídico ni una protección física adecuados, ni existían zonas de amortiguación. Solo una fracción de ellas estaba declarada y demarcada jurídicamente. La estructura institucional que las regía era confusa y, aunque el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) era responsable de todo el sistema, solo era propietario legal de 7.070 hectáreas. Se desconocía la calidad y el tipo de bienes y servicios ambientales y recursos de biodiversidad, así como la cantidad de asentamientos humanos, lo que dificultaba su gestión y el establecimiento de prioridades.
Era esencial refinar la estrategia del Sistema de Áreas Naturales Protegidas, definir prioridades y lograr un mayor consenso entre las partes interesadas acerca de la estrategia y la conservación. El MARN carecía de las herramientas jurídicas necesarias para gestionar y consolidar el sistema, resolver la delicada cuestión de los asentamientos humanos, clarificar la tenencia de la tierra y resolver problemas de invasión de tierras estatales desocupadas.
Se precisaba de una metodología para identificar los asentamientos legales e ilegales en áreas protegidas y regularizar a los últimos. Las graves limitaciones de recursos que sufría el MARN amenazaban su capacidad de consolidar el mencionado sistema.
SOLUCIÓN
Los dos flujos principales de actividades del proyecto eran interdependientes; la idea era que la delimitación, la demarcación, la ejecución de planes de gestión y la regularización de los residentes de los parques contribuirían a la formulación de metas e instrumentos innovadores en materia jurídica, estratégica y de políticas esenciales para la sostenibilidad a largo plazo del Sistema de Áreas Naturales Protegidas.
El proyecto debía combinarse parcialmente con la segunda etapa del proyecto de ordenación de la tierra, respaldado por el Banco Mundial, cuya recopilación masiva de datos relacionados con la tierra constituiría una base para la conservación a gran escala, que incluiría la consolidación de áreas protegidas, y la formulación de una estrategia para resolver la situación de los asentamientos irregulares que existían en esas áreas.