Desafío
Cerca de 3500 millones de personas viven en países ricos en petróleo, gas y minerales. No obstante, a través de la historia, son varias las naciones en desarrollo que cuentan con recursos naturales cuyos resultados en materia de crecimiento son inferiores al promedio y cuyos ciudadanos viven en una pobreza persistente debido a la falta de transparencia y la corrupción generada por una gestión de gobierno deficiente (la llamada “paradoja de la abundancia”). La Iniciativa para la Transparencia en las Industrias Extractivas (EITI), (i) lanzada en 2003, promueve y apoya un mejor gobierno y transparencia en estos países mediante una completa publicación y auditoría de los pagos de las empresas y los ingresos fiscales provenientes del petróleo, el gas y la minería. Como un compromiso voluntario de las partes interesadas con ciertos objetivos comunes, la estructura global de la EITI incluye a naciones ricas en recursos, empresas extractivas nacionales e internacionales, la sociedad civil, inversionistas y los países que la apoyan. El fondo fiduciario de múltiples donantes (MDTF, por sus siglas en inglés) de la EITI, administrado por el Banco Mundial, posibilita que los países ricos en recursos implementen los principios de transparencia en los ingresos. En los últimos años, la EITI ha experimentado un rápido crecimiento y, en el futuro, será fundamental sostener los avances y el impulso logrados.
Solución
La EITI fue creada con dos propósitos principales: divulgar y ajustar los ingresos de las industrias extractivas pagados y recibidos por los Gobiernos (impuestos, regalías y bonificaciones por firma de contratos), y promover y fortalecer la estrategia de diálogo entre múltiples donantes. Cada país participante debe emitir un informe de reconciliación que incluya los ingresos de los últimos ejercicios preparado por un auditor independiente. En consulta con todas las partes interesadas, los integrantes de la EITI tienen que realizar un proceso de validación para evaluar la implementación, según el cual se revisan los logros y se identifican oportunidades para fortalecer dicho procedimiento. En el caso de aprobar la validación, un país logra el estado de “cumplimiento con la EITI”. En los países clientes del Banco Mundial, la ejecución de la iniciativa se armoniza con el programa de buen gobierno y anticorrupción que se lleva a cabo a través del apoyo a instituciones que administran el sector de las industrias extractivas y grupos de la sociedad civil que realizan el seguimiento del mismo.
Resultados
En varias naciones se ha avanzado: 14 países de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), cuatro países del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y un país de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) (i) ya cumplen con la iniciativa, mientras que 12 países de la AIF y seis del BIRF están en camino de lograrlo. Otras 12 naciones de la AIF y 16 del BIRF, además de Estados Unidos, se encuentran en diferentes etapas de consultas para firmarla.
Los informes de la EITI han ayudado a descubrir irregularidades financieras y se han transformado en una hoja de ruta para la implementación de reformas en los sectores del petróleo, el gas y la minería, los que suelen ser los mayores generadores de ingresos públicos y divisas. La realización de la iniciativa ha sentado las bases para aplicar reformas sectoriales más amplias, por ejemplo modificaciones institucionales o a la gestión de las finanzas públicas, tales como el fortalecimiento de los organismos gubernamentales que fiscalizan el sector. La activa participación de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) es también uno de los principales criterios de la EITI y un requisito para el éxito de las normas a fin de asegurar un verdadero diálogo tripartito, a pesar de las limitaciones de capacidad que enfrentan muchas OSC.