Resultados
Entre los resultados en terreno en relación con las actividades financiadas por la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), se pueden destacar las siguientes áreas principales.
Adaptación al cambio climático
Los proyectos de gestión de los recursos hídricos financiados por el Banco Mundial apuntan a mejorar el estado de preparación de los países para responder al cambio climático. En 2012, por ejemplo, la institución apoyó la finalización de una metodología de priorización de las medidas de adaptación en Viet Nam que se usaría en la formulación del Plan Nacional de Adaptación (PNA) conforme a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Esto es especialmente importante dada la existencia en esta nación de diversos ecosistemas frágiles, como el delta del río Mekong, el que proporciona alimentos y medios de sustento a millones de personas.
La planificación a largo plazo de los recursos hídricos y la gestión de las cuencas se traduce en beneficios para el abastecimiento de agua, la agricultura, la acuicultura y los ecosistemas, además de ayudar a reducir la intensidad de las inundaciones o la exposición a sequías. En la República del Yemen, el financiamiento de la AIF de US$45,2 millones (2002-08) hizo posible la construcción de estructuras altamente necesarias para controlar las inundaciones en la ciudad de Taiz y sus alrededores. Al cierre del proyecto, partes importantes de la ciudad se habían transformado en vecindarios habitables y seguros frente a anegaciones repentinas. El programa contribuyó a aumentar en más de 100 % el valor de la tierra y a reducir los sucesos causantes de daños a las propiedades residenciales y comerciales de 160 y 660 incidentes cada año, respectivamente, a cero. Gracias a estos logros, la AIF entregó financiamiento adicional de US$35 millones para apoyar actividades de ampliación y así incrementar el impacto del proyecto inicial en el desarrollo. Las obras de protección contra inundaciones y las conexiones complementarias para aguas residuales sirvieron para mejorar la salud y las condiciones sanitarias al reducir el flujo de aguas servidas hacia zonas que se habían convertido en criaderos de mosquitos que transmiten el paludismo.
El uso sostenible de las aguas freáticas es también crucial para la capacidad de adaptación a las sequías y el cambiante clima al proveer una reserva reguladora sostenible durante periodos de poca disponibilidad de aguas superficiales. El Proyecto de Gestión de las Aguas de la Cuenca de Sana’a (2003-2010, US$24 millones), financiado por la AIF, fue la primera iniciativa implementada en Yemen para enfrentar la crisis provocada por el agotamiento de las aguas subterráneas mediante la reducción de su consumo para fines agrícolas en unas 4000 hectáreas de regadío y el aumento de su recarga; esto significó un ahorro anual de más de 15 millones de metros cúbicos de agua extraída del acuífero local.
Seguridad hídrica y energética
Casi todos los procesos de generación de energía requieren enormes cantidades de agua, desde la generación de energía hidroeléctrica hasta el enfriamiento de plantas térmicas y el impulso de turbinas a vapor en las plantas de energía solar concentrada. El crecimiento demográfico y la rápida expansión de las economías imponen exigencias hídricas y energéticas adicionales y varias regiones ya experimentan una importante escasez de agua y energía. Para hacer frente a estos desafíos, el Banco Mundial ha sido pionero en la aplicación de diversas soluciones innovadoras, desde el principal seguro público contra sequías y altos precios del petróleo en Uruguay (US$450 millones) hasta la protección de los consumidores contra los elevados e inestables precios de la electricidad en caso de sequía y la creación de herramientas integradas de planificación del agua y la energía conforme a la iniciativa sobre la interdependencia entre la energía y el agua (“Thirsty Energy”) en Sudáfrica.
En la actualidad, la hidroelectricidad es la principal fuente mundial de energía renovable a un precio conveniente y con bajas emisiones de carbono. El Proyecto Hidroeléctrico Trung Son (US$330 millones) de Viet Nam financiado por el BIRF y aprobado en el ejercicio de 2011 busca proveer energía eléctrica a menor costo y en forma medioambientalmente segura y sostenible. La primera fase de la construcción de la represa se inició en diciembre de 2013 y finalizará en 2017; se espera que el proyecto produzca en promedio 1019 gigavatios-hora (GWh) de electricidad al año, ayude a controlar las inundaciones anuales en la zona río abajo del valle y complemente el suministro de agua para uso agrícola durante la temporada de sequía. En el ejercicio de 2010, la AIF aportó US$85 millones en fondos adicionales para el Proyecto Hidroeléctrico Felou de 60 megavatios (MW) en Senegal, Mauritania, Guinea y Malí, como un medio para aumentar el acceso a electricidad estable, confiable y conveniente para los ciudadanos de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental.
Seguridad hídrica y alimentaria
La agricultura es la actividad que consume más agua en el mundo y en muchos países de ingreso bajo, es la que da empleo a más personas. La mayor parte de la tierra apta para la labranza ya se está explotando; en consecuencia, el aumento considerable de la producción que se requiere para alimentar a la creciente población mundial deberá provenir particularmente de zonas de regadío.
El Proyecto de Riego Agrícola de la República Kirguisa (2000-2013, US$20 millones) fue diseñado para aumentar la producción mediante la distribución confiable y sostenible de agua en explotaciones agrícolas anteriormente colectivas y estatales. Una de las actividades principales ha sido el fortalecimiento de los servicios que se prestan a unas 450 asociaciones de usuarios de agua e incluye la entrega de capacitación y apoyo. En este sentido, se han conseguido logros importantes con la creación y el reforzamiento de estas asociaciones. Más de 50 000 personas recibieron formación y cerca de 450 asociaciones con un total de 166 000 miembros se registraron formalmente para manejar 710 000 hectáreas de riego, o alrededor del 70 % de las tierras de regadío del país.
En China, el Proyecto de Gestión Integrada del Agua y del Manejo del Medio Ambiente en la Cuenca del río Hai (finalizado en 2011) promovió un enfoque integrado de manejo de los recursos hídricos y el control de la contaminación en la zona, y contribuyó a la recuperación y protección del ambiente marino, el ecosistema y la biodiversidad en el mar de Bohai. El proyecto se implementó en 16 condados del norte del país y benefició a más de 20 millones de personas. La mayor eficiencia en el uso del agua y el control de la polución en la cuenca mejoró la calidad de vida y salud de los habitantes y las condiciones estéticas y recreativas y eliminó los malos olores. Los agricultores se vieron favorecidos, además, por una gestión más eficiente del riego sobre la base del consumo, el cual aumentó la productividad del agua, la producción de los cultivos y el ingreso familiar. A más largo plazo, los logros también llegarán a pescadores y habitantes costeros del mar de Bohai al mejorar la calidad del agua y aumentar las poblaciones de peces y la biodiversidad.
Lograr un mayor compromiso a nivel local con la gestión de los recursos hídricos
Las instituciones dedicadas a la gestión de los recursos hídricos abarcan toda la gama de niveles: local, cuencas, nacional e internacional. Con el apoyo del BIRF, Colombia (US$800 millones en total) introdujo varias reformas para mejorar la gestión medioambiental, incluidos los recursos hídricos. El Gobierno aprobó una Política Nacional del Agua y creó un grupo sobre recursos hídricos en el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Se trata del primer grupo centralizado encargado de actividades de planificación y elaboración de presupuesto relacionadas con la gestión de los recursos hídricos en el país. Al menos 25 municipios adoptaron planes de gestión de las cuencas hídricas en zonas afectadas por la escasez con el fin de mejorar la administración y el seguimiento de los valiosos recursos nacionales.
El fortalecimiento de las alianzas para aprovechar el conocimiento y las tecnologías innovadoras es una parte importante de la respuesta. Por ejemplo, el Banco Mundial entregó recientemente una donación de US$5 millones (i) para mejorar la gestión de los recursos hídricos y agrícolas en toda Jordania, Túnez, Marruecos, el Líbano y al interior del Consejo Árabe del Agua. El Banco se asoció con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés) para aportar la tecnología de medición a distancia más moderna y así ayudar a incrementar tanto el acceso como la capacidad de monitorear sequías e inundaciones. Los beneficiarios finales son los agricultores y sus familias, quienes pueden tomar mejores decisiones sustentadas en antecedentes recabados respecto de sus cultivos. Esta tecnología permitirá asimismo decidir mejor sobre asuntos relacionados con la gestión del agua.
Gestión transfronteriza de los ríos
En el mundo, existen 263 ríos internacionales. Por este motivo, apoyar su gestión conjunta es un aporte importante para promover los beneficios que se obtienen del uso de los recursos hídricos y contribuir así a aliviar la pobreza. El Banco Mundial respalda de diversos modos el manejo compartido de los cursos de agua transfronterizos, en especial en África. En la cuenca del río Senegal[MIS8] , proyectos financiados por la AIF contribuyeron a gestionar más eficientemente los caudales de este curso de agua y a incorporar a Guinea en la organización a cargo de dicho manejo, lo que permitió administrar toda la cuenca en forma integrada. La iniciativa de Cooperación en Aguas Internacionales en África, (i) apoyada por donantes, fomentó programas transfronterizos en el Nilo y también en África meridional y occidental. Por ejemplo, se espera completar en 2016 el Proyecto Hidroeléctrico en las Cataratas de Rusumo[MIS9] , un emprendimiento conjunto entre Burundi, Rwanda y Tanzanía que representa un importante hito de cooperación transfronteriza en el Nilo y los países participantes. En la cuenca del río Mekong, (i) el Banco está apoyando a los Estados ribereños con el fin de fortalecer sus capacidades de manejo integrado de los recursos hídricos y de gestión del riesgo de desastres, en estrecha cooperación con la Comisión del Río Mekong que administra la cuenca.
Contribución del Grupo del Banco Mundial
El financiamiento del Banco Mundial para la gestión de los recursos hídricos alcanzó cerca de US$8080 millones, los cuales se destinaron a proyectos aprobados durante los ejercicios de 2004-2013. En el ejercicio de 2011, al igual que en el de 2012, los recursos entregados para este fin llegaron a US$1200 millones; y en el de 2013, a US$800 millones.
Asociados
El Banco Mundial colabora con asociados para apoyar mecanismos innovadores en la gestión integrada de los recursos hídricos. Este tipo de cooperación ha sido importante debido al amplio alcance de las necesidades e iniciativas.
La institución mejora la calidad de sus proyectos de agua gracias a la asistencia adicional que recibe de los programas de las alianzas mundiales.
El Programa de Asociación para el Agua (WPP, por sus siglas en inglés) (i) del Banco es un fondo fiduciario de múltiples donantes que contribuye a los esfuerzos de reducción de la pobreza a través del fomento del trabajo operacional y analítico. Para este fin, incorpora enfoques pragmáticos en la gestión de los recursos hídricos, el abastecimiento de agua y la prestación de servicios de saneamiento. En su primera fase (2009-2012), el programa ayudó a la movilización de casi US$11 700 millones en financiamiento del Banco y aseguró el acceso de más de 50 millones de personas a servicios mejorados de agua y saneamiento. En el marco de la segunda fase del WPP (2013-16), se comprometerán recursos por más de US$40 millones para enfrentar los desafíos en este ámbito, abordando las interconexiones entre seguridad alimentaria, energética e hídrica y apoyando las sendas hacia el crecimiento ecológico y resiliente frente al clima.
Prácticamente en todos los procesos de generación de energía se requieren grandes cantidades de agua. A la inversa, el sector hídrico necesita energía para extraer y transportar agua y tanto la energía como el agua se usan en la producción de cultivos. A fin de apoyar los esfuerzos de los países para responder de manera activa a los desafíos que presenta la gestión de ambos elementos, el Banco Mundial lanzó en 2013 la iniciativa sobre la interdependencia entre la energía y el agua con el apoyo del WPP. Esta busca ayudar a los Gobiernos a prepararse para un futuro incierto y romper con los silos disciplinarios que impiden la planificación intersectorial. La iniciativa demuestra la importancia de contar con enfoques donde la energía y el agua se gestionen conjuntamente por medio del trabajo regido por la demanda en varios países, para brindar ejemplos de cómo las herramientas operacionales basadas en pruebas y aplicadas a la gestión de los recursos pueden mejorar el desarrollo sostenible.
Además de entregar soluciones innovadoras y con frecuencia integradas para los servicios de agua, las actividades del WWP adoptan un enfoque global para la gestión de los recursos hídricos trabajando a nivel de cuenca o delta fluvial o país en la evaluación y definición de las mejores estrategias en materia de gestión sostenible. El Equipo de Expertos en Recursos Hídricos (WET, por sus siglas en inglés) (i) del programa, que moviliza conocimientos técnicos de alto nivel y escala mundial para satisfacer demandas complejas y urgentes, también dedica dos tercios de su apoyo a los programas del Banco de gestión de dichos recursos que se centran en mejorar la toma de decisiones en la gestión del riesgo de desastres y las incertidumbres en el marco de los impactos generados por la variabilidad natural de los recursos hídricos y el cambio climático.
La Iniciativa sobre el Agua de Asia Meridional (SAWI, por sus siglas en inglés), (i) es una asociación de múltiples donantes establecida en 2009 entre el Banco Mundial y los Gobiernos del Reino Unido, Australia y Noruega. Su principal objetivo es intensificar la cooperación regional en la ordenación de los principales sistemas fluviales del Himalaya en Asia meridional y lograr capacidad de adaptación al clima y desarrollo sostenible, equitativo e inclusivo. SAWI apoya actividades relacionadas con la gestión de los sistemas hídricos transfronterizos del Gran Himalaya de Afganistán, Bangladesh, Bhután, China, India, Nepal y Pakistán. El fundamento clave de esta participación es demostrar y luego ayudar a materializar los beneficios mutuos que genera la cooperación a lo largo de las cuencas fluviales compartidas.
El programa de Cooperación en Aguas Internacionales de África (CIWA, por sus siglas en inglés) (i) apunta a apoyar y asistir a Gobiernos ribereños de África en el trabajo conjunto para abordar y destrabar las restricciones al crecimiento y el desarrollo que plantean las aguas internacionales. De manera específica, se centra en el fortalecimiento de la cooperación regional, la gestión y explotación de los recursos hídricos y el compromiso y la cooperación de las partes interesadas permitiéndoles mayor participación y rendición de cuentas. El programa es apoyado por asociados en el desarrollo, como el Reino Unido, Dinamarca y Noruega.
En marzo de 2011, el Banco Mundial firmó un memorando de entendimiento con el Gobierno de Estados Unidos destinado a ampliar y mejorar la colaboración en el sector hídrico. El Banco trabaja en estrecha colaboración con 16 organismos estadounidenses para respaldar a los países en desarrollo en el manejo de crisis mundiales del agua, tales como la falta de saneamiento y agua potable segura, la reducción de los acuíferos, las sequías, las inundaciones y los impactos del cambio climático.
Próximos pasos
El liderazgo permanente del Banco Mundial y la consolidación de su apoyo serán fundamentales para garantizar los logros mencionados anteriormente y aumentar loe avances en cuanto al alivio de la pobreza y el desarrollo sostenible. En la actualidad, el Banco está desarrollando una nueva visión de este tema que fortalece las prácticas relacionadas con el fin de cumplir las expectativas relativas a un liderazgo audaz y satisfacer las cambiantes necesidades de los clientes. Esta perspectiva pone al sector hídrico en un lugar central cuando se trata de ayudar a las personas, economías y ecosistemas a prosperar y contribuir así a un mundo sin pobreza. Los próximos pasos del Banco Mundial serán:
- Fortalecer las gestiones para abordar la variabilidad del clima en proyectos financiados por el Banco a través de un mejor sistema de almacenamiento y otras medidas de adaptación, control de inundaciones y preparación para ofrecer respuestas de emergencia.
- Dedicar más recursos a la exploración y fortalecimiento de los vínculos entre el agua y otros sectores, como energía, agricultura y medio ambiente, y apoyar iniciativas destinadas a mejorar las instituciones y los mecanismos de distribución del agua.
- Garantizar que las consideraciones sobre el agua se incluyan en la planificación sectorial de cada país.
- Mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento de agua.
- Asegurar que el programa de seguridad alimentaria considere el riego y trabaje con los clientes para mejorar la eficiencia de los actuales planes de regadío.
- Fortalecer el uso y el suministro de datos para la toma de decisiones y el diálogo entre países y facilitar la integración de tecnologías para contar con información más confiable.
- Continuar con el respaldo sólido a las reformas institucionales y la formación de capacidades de organizaciones relevantes y fortalecer las asociaciones mundiales para generar impactos permanentes.
Beneficiarios
Es algo que Arwa Mohamed recuerda bien. Cuando llovía, las calles de su vecindario en Taiz, Yemen, se inundaban tanto que las personas quedaban aisladas durante días. “Cuando llovía y los niños estaban en la escuela, teníamos miedo, porque el agua subía y cortaba las calles; quienes estaban en casa, normalmente las madres, esperaban a los niños mirando por la ventana para gritarles: ‘¡no traten de cruzar, es peligroso!’. Una vez las aguas incluso se llevaron a una anciana y su nieto”. Por fin, comenta Arwa, “el vecindario es seguro. Sigue lloviendo, pero el agua ahora corre por debajo del vecindario (a través de un canal cubierto) y no sobre él. Ahora contamos con estas calles bien pavimentadas y podemos cruzar incluso cuando hay inundaciones; antes, quedábamos completamente aislados cuando llovía, ¿entiende a lo que me refiero?”.
Shawki Ahmed Hayel Saeed, comerciante y miembro del Consejo Local de Taiz, señala: “En estos últimos años, Taiz no solo mejoró porque se solucionó el problema de las inundaciones, sino que además hubo contratos adicionales para implementar estos proyectos, para pavimentar y asfaltar muchas calles de la ciudad, lo que dio empleo a muchas personas y ayudó al consejo local a capacitar y mejorar los ingresos de la población que participó en el proyecto”.
Para Amin Jibari, comerciante de 28 años, el proyecto finalmente trajo seguridad a su hogar, que se encuentra en un sótano: “¡Se acabó! Ahora todo está bien después de que construyeron el canal y el muro de contención; ya no hay inundaciones, estamos relajados, ¡sin inundaciones!”. Amin cuenta que desde que se construyó el canal cubierto en las cercanías, ¡él y su familia de cinco personas ya no corren peligro!