Gestión de los recursos hídricos: Resultados del sector

Abril 11, 2014


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Edwin Huffman/Banco Mundial

El mundo no podrá enfrentar los grandes desafíos de desarrollo del siglo XXI (acceso a agua potable y saneamiento para todos, ciudades habitables, seguridad alimentaria y energética, empleos generados gracias al crecimiento económico y ecosistemas saludables) si los países no gestionan mejor sus recursos hídricos. El crecimiento demográfico y económico y la mayor variabilidad climática, exacerbarán aún más la actual presión sobre el agua. El Banco Mundial, como uno de los financistas externos clave de la gestión de los recursos hídricos, trabaja activamente para responder a estos retos a través de enfoques intersectoriales que incluyen desarrollo de infraestructura, fortalecimiento institucional y atención especial en los pobres. El apoyo que entrega el Grupo del Banco Mundial (GBM) a este sector en los países clientes contribuye a sus dos objetivos de terminar con la pobreza extrema en 2030 y promover la prosperidad compartida para el 40 % más pobre de la población en todas las naciones.

Desafío

El agua es una de las necesidades humanas más básicas y es indispensable en casi todas las actividades, como la agricultura, la producción de energía, la industria y la minería. Debido a sus impactos en la salud, la equidad de género, la educación y los medios de sustento, la gestión de este recurso es esencial para lograr un desarrollo económico sostenible y aliviar la pobreza. Sin embargo, el crecimiento de la población y la competencia de los sectores económicos por este vital elemento ejercen una presión sin precedentes sobre los recursos hídricos y dejan una cantidad insuficiente para cubrir las necesidades humanas y preservar los caudales medioambientales necesarios para mantener ecosistemas saludables. Las aguas subterráneas se han agotado en muchos lugares, lo cual deja a las actuales y futuras generaciones sin reservas para hacer frente a la creciente variabilidad del clima.

El empeoramiento en la calidad del agua causado por diversas actividades económicas reduce la disponibilidad de agua dulce, degrada el suelo, impacta numerosos ecosistemas terrestres y marinos y encarece el tratamiento de este vital elemento. El acceso a saneamiento y agua segura todavía está fuera del alcance de 2500 millones de personas y otros 768 millones, respectivamente, y se traduce en la pérdida de miles de vidas diarias y miles de millones de dólares cada año.

Existen muchas pruebas de que el cambio climático profundizará estos problemas al aumentar la variabilidad hidrológica, lo que provocará fenómenos meteorológicos más frecuentes y extremos como sequías, inundaciones y tormentas graves. Los expertos calculan que entre 43 % y 50 % de la población mundial vivirá en países con escasez de agua en 2080, en comparación con el 28 % en la actualidad. Un informe reciente del Banco Mundial titulado "Bajemos la temperatura: Por qué se debe evitar un planeta 4°C más cálido", (i) sugiere que un alza de 4°C en la temperatura mundial hará que la presión por la escasez de agua se intensifique en todas las zonas del mundo. Los aproximadamente 1000 millones de personas que viven en las cuencas monzónicas y los 500 millones de habitantes de los deltas serán especialmente vulnerables; en este aspecto, los pobres son los menos preparados para enfrentar esta situación y sufrirán las peores consecuencias. 

Los asuntos relacionados con la gestión de los recursos hídricos se han vuelto tan apremiantes que el Foro Económico Mundial ha destacado el tema del agua durante dos años consecutivos (en 2013 y 2014) como uno de sus máximos desafíos. En el actual cambiante entorno físico y socioeconómico, las prácticas del pasado ya no son útiles. Los países no pueden crecer de manera sostenible o fortalecer su capacidad de adaptación al cambio climático sin una gestión que considere las mermas sostenidas en materia de disponibilidad, calidad y distribución del agua y su asignación a través de un proceso deliberativo sobre la base de necesidades económicas, sociales y medioambientales.

Los desafíos que enfrenta el mundo respecto del agua requieren soluciones multisectoriales:

  • Agua y agricultura: en 2050, alimentar a 9000 millones de personas en todo el planeta requerirá doblar la disponibilidad de agua para fines agrícolas. El riego es lejos la actividad que más consume agua y representa casi el 70 % de la extracción y el 90 % del uso destinado al consumo a nivel mundial. 
  • Agua y energía: en la actualidad, más de 1200 millones de personas carecen de acceso a electricidad. Se calcula que la sustracción de agua para la producción de energía representa hoy en día en torno al 15 % del total. Al mismo tiempo, las estimaciones indican que el gasto global de energía aumentará en 35 % en 2035 y si bien el consumo de agua será más eficiente, el consumo real de este elemento por el sector energético puede aumentar en 85 %.   
  • Agua y ciudades sostenibles: en los próximos 20 años, las ciudades de las naciones en desarrollo se duplicarán, al igual que su demanda de enfoques integrados frente a la ordenación del abastecimiento de agua, su calidad, el saneamiento, el drenaje, su uso para fines recreativos y el manejo de las inundaciones.
  • Agua y gestión del riesgo de desastres: muchos de los efectos negativos en el desarrollo socioeconómico de los desastres naturales son causados por el agua. (i) Los peligros relacionados con este elemento representan el 90 % de todas las catástrofes naturales y su frecuencia e intensidad suele ir en alza. Alrededor de 373 de estos fenómenos causaron la muerte de más de 296 800 personas en 2010, afectaron a casi 208 millones más y generaron costos cercanos a los US$110 000 millones (Fuente: Informe del Secretario General de las Naciones Unidas a la Sexagésima Sexta Asamblea General sobre la Implementación de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres. Nueva York, ONU).
  • Agua y saneamiento: al menos 768 millones y 2500 millones de personas, respectivamente, aún no tienen acceso a agua y saneamiento mejorado. Para proporcionar estos servicios de manera sostenible se requiere una planificación y gestión integrada, lo cual incluye garantizar una buena calidad del abastecimiento de agua.  

La mayoría de las actividades económicas (como agricultura, energía, industria y minería) afecta no solo la cantidad, sino también la calidad de los recursos hídricos, además de restringir aún más la disponibilidad de agua. El desafío de asignar los escasos recursos hídricos entre los sectores económicos y las necesidades hídricas medioambientales que compiten por ellos aumentará en muchos países. Si no se establecen los mecanismos de distribución adecuados, se pondrá un freno al desarrollo, lo cual resultará en un aumento de la desigualdad de ingresos y el agravamiento de las presiones sobre el medioambiente.

Solución

El Banco Mundial se encuentra en una buena posición para desempeñar un rol clave y trabajar en los sectores y países con el fin de ayudar a generar capacidad de adaptación al cambio climático mediante la gestión integrada de los recursos hídricos (WRM, por sus siglas en inglés). En este sentido, es uno de los proveedores fundamentales de conocimientos y asistencia técnica sobre el tema y el principal donante multilateral para el desarrollo de los recursos hídricos. En efecto, el sector representa el 18 % de su cartera total (US$32 000 millones en compromisos activos) en 2014 y está concentrado claramente en sentar las bases para alcanzar la prosperidad compartida y el alivio de la pobreza.


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Miles de agricultores en Marruecos son ahora capaces de diversificar sus cultivos y aumentar sus ingresos a través de un nuevo sistema de riego.  Vea el video inglés.


Resultados

Entre los resultados en terreno en relación con las actividades financiadas por la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), se pueden destacar las siguientes áreas principales.

Adaptación al cambio climático

Los proyectos de gestión de los recursos hídricos financiados por el Banco Mundial apuntan a mejorar el estado de preparación de los países para responder al cambio climático. En 2012, por ejemplo, la institución apoyó la finalización de una metodología de priorización de las medidas de adaptación en Viet Nam que se usaría en la formulación del Plan Nacional de Adaptación (PNA) conforme a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Esto es especialmente importante dada la existencia en esta nación de diversos ecosistemas frágiles, como el delta del río Mekong, el que proporciona alimentos y medios de sustento a millones de personas.  

La planificación a largo plazo de los recursos hídricos y la gestión de las cuencas se traduce en beneficios para el abastecimiento de agua, la agricultura, la acuicultura y los ecosistemas, además de ayudar a reducir la intensidad de las inundaciones o la exposición a sequías. En la República del Yemen, el financiamiento de la AIF de US$45,2 millones (2002-08) hizo posible la construcción de estructuras altamente necesarias para controlar las inundaciones en la ciudad de Taiz y sus alrededores. Al cierre del proyecto, partes importantes de la ciudad se habían transformado en vecindarios habitables y seguros frente a anegaciones repentinas. El programa contribuyó a aumentar en más de 100 % el valor de la tierra y a reducir los sucesos causantes de daños a las propiedades residenciales y comerciales de 160 y 660 incidentes cada año, respectivamente, a cero. Gracias a estos logros, la AIF entregó financiamiento adicional de US$35 millones para apoyar actividades de ampliación y así incrementar el impacto del proyecto inicial en el desarrollo. Las obras de protección contra inundaciones y las conexiones complementarias para aguas residuales sirvieron para mejorar la salud y las condiciones sanitarias al reducir el flujo de aguas servidas hacia zonas que se habían convertido en criaderos de mosquitos que transmiten el paludismo. 

El uso sostenible de las aguas freáticas es también crucial para la capacidad de adaptación a las sequías y el cambiante clima al proveer una reserva reguladora sostenible durante periodos de poca disponibilidad de aguas superficiales. El Proyecto de Gestión de las Aguas de la Cuenca de Sana’a (2003-2010, US$24 millones), financiado por la AIF, fue la primera iniciativa implementada en Yemen para enfrentar la crisis provocada por el agotamiento de las aguas subterráneas mediante la reducción de su consumo para fines agrícolas en unas 4000 hectáreas de regadío y el aumento de su recarga; esto significó un ahorro anual de más de 15 millones de metros cúbicos de agua extraída del acuífero local. 

Seguridad hídrica y energética

Casi todos los procesos de generación de energía requieren enormes cantidades de agua, desde la generación de energía hidroeléctrica hasta el enfriamiento de plantas térmicas y el impulso de turbinas a vapor en las plantas de energía solar concentrada. El crecimiento demográfico y la rápida expansión de las economías imponen exigencias hídricas y energéticas adicionales y varias regiones ya experimentan una importante escasez de agua y energía. Para hacer frente a estos desafíos, el Banco Mundial ha sido pionero en la aplicación de diversas soluciones innovadoras, desde el principal seguro público contra sequías y altos precios del petróleo en Uruguay (US$450 millones) hasta la protección de los consumidores contra los elevados e inestables precios de la electricidad en caso de sequía y la creación de herramientas integradas de planificación del agua y la energía conforme a la iniciativa sobre la interdependencia entre la energía y el agua (“Thirsty Energy”) en Sudáfrica

En la actualidad, la hidroelectricidad es la principal fuente mundial de energía renovable a un precio conveniente y con bajas emisiones de carbono. El Proyecto Hidroeléctrico Trung Son (US$330 millones) de Viet Nam financiado por el BIRF y aprobado en el ejercicio de 2011 busca proveer energía eléctrica a menor costo y en forma medioambientalmente segura y sostenible. La primera fase de la construcción de la represa se inició en diciembre de 2013 y finalizará en 2017; se espera que  el proyecto produzca en promedio 1019 gigavatios-hora (GWh) de electricidad al año, ayude a controlar las inundaciones anuales en la zona río abajo del valle y complemente el suministro de agua para uso agrícola durante la temporada de sequía. En el ejercicio de 2010, la AIF aportó US$85 millones en fondos adicionales para el Proyecto Hidroeléctrico Felou de 60 megavatios (MW) en Senegal, Mauritania, Guinea y Malí, como un medio para aumentar el acceso a electricidad estable, confiable y conveniente para los ciudadanos de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental. 

Seguridad hídrica y alimentaria

La agricultura es la actividad que consume más agua en el mundo y en muchos países de ingreso bajo, es la que da empleo a más personas. La mayor parte de la tierra apta para la labranza ya se está explotando; en consecuencia, el aumento considerable de la producción que se requiere para alimentar a la creciente población mundial deberá provenir particularmente de zonas de regadío.

El Proyecto de Riego Agrícola de la República Kirguisa (2000-2013, US$20 millones) fue diseñado para aumentar la producción mediante la distribución confiable y sostenible de agua en explotaciones agrícolas anteriormente colectivas y estatales. Una de las actividades principales ha sido el fortalecimiento de los servicios que se prestan a unas 450 asociaciones de usuarios de agua e incluye la entrega de capacitación y apoyo. En este sentido, se han conseguido logros importantes con la creación y el reforzamiento de estas asociaciones. Más de 50 000 personas recibieron formación y cerca de 450 asociaciones con un total de 166 000 miembros se registraron formalmente para manejar 710 000 hectáreas de riego, o alrededor del 70 % de las tierras de regadío del país. 

En China, el Proyecto de Gestión Integrada del Agua y del Manejo del Medio Ambiente en la Cuenca del río Hai (finalizado en 2011) promovió un enfoque integrado de manejo de los recursos hídricos y el control de la contaminación en la zona, y contribuyó a la recuperación y protección del ambiente marino, el ecosistema y la biodiversidad en el mar de Bohai. El proyecto se implementó en 16 condados del norte del país y benefició a más de 20 millones de personas. La mayor eficiencia en el uso del agua y el control de la polución en la cuenca mejoró la calidad de vida y salud de los habitantes y las condiciones estéticas y recreativas y eliminó los malos olores. Los agricultores se vieron favorecidos, además, por una gestión más eficiente del riego sobre la base del consumo, el cual aumentó la productividad del agua, la producción de los cultivos y el ingreso familiar. A más largo plazo, los logros también llegarán a pescadores y habitantes costeros del mar de Bohai al mejorar la calidad del agua y aumentar las poblaciones de peces y la biodiversidad. 

Lograr un mayor compromiso a nivel local con la gestión de los recursos hídricos

Las instituciones dedicadas a la gestión de los recursos hídricos abarcan toda la gama de niveles: local, cuencas, nacional e internacional. Con el apoyo del BIRF, Colombia (US$800 millones en total) introdujo varias reformas para mejorar la gestión medioambiental, incluidos los recursos hídricos. El Gobierno aprobó una Política Nacional del Agua y creó un grupo sobre recursos hídricos en el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Se trata del primer grupo centralizado encargado de actividades de planificación y elaboración de presupuesto relacionadas con la gestión de los recursos hídricos en el país. Al menos 25 municipios adoptaron planes de gestión de las cuencas hídricas en zonas afectadas por la escasez con el fin de mejorar la administración y el seguimiento de los valiosos recursos nacionales. 

El fortalecimiento de las alianzas para aprovechar el conocimiento y las tecnologías innovadoras es una parte importante de la respuesta. Por ejemplo, el Banco Mundial entregó recientemente una donación de US$5 millones (i) para mejorar la gestión de los recursos hídricos y agrícolas en toda Jordania, Túnez, Marruecos, el Líbano y al interior del Consejo Árabe del Agua. El Banco se asoció con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés) para aportar la tecnología de medición a distancia más moderna y así ayudar a incrementar tanto el acceso como la capacidad de monitorear sequías e inundaciones. Los beneficiarios finales son los agricultores y sus familias, quienes pueden tomar mejores decisiones sustentadas en antecedentes recabados respecto de sus cultivos. Esta tecnología permitirá asimismo decidir mejor sobre asuntos relacionados con la gestión del agua. 

Gestión transfronteriza de los ríos

En el mundo, existen 263 ríos internacionales. Por este motivo, apoyar su gestión conjunta es un aporte importante para promover los beneficios que se obtienen del uso de los recursos hídricos y contribuir así a aliviar la pobreza. El Banco Mundial respalda de diversos modos el manejo compartido de los cursos de agua transfronterizos, en especial en África. En la cuenca del río Senegal[MIS8] , proyectos financiados por la AIF contribuyeron a gestionar más eficientemente los caudales de este curso de agua y a incorporar a Guinea en la organización a cargo de dicho manejo, lo que permitió administrar toda la cuenca en forma integrada. La iniciativa de Cooperación en Aguas Internacionales en África, (i) apoyada por donantes, fomentó programas transfronterizos en el Nilo y también en África meridional y occidental. Por ejemplo, se espera completar en 2016 el Proyecto Hidroeléctrico en las Cataratas de Rusumo[MIS9] , un emprendimiento conjunto entre Burundi, Rwanda y Tanzanía que representa un importante hito de cooperación transfronteriza en el Nilo y los países participantes. En la cuenca del río Mekong, (i) el Banco está apoyando a los Estados ribereños con el fin de fortalecer sus capacidades de manejo integrado de los recursos hídricos y de gestión del riesgo de desastres, en estrecha cooperación con la Comisión del Río Mekong que administra la cuenca.

Contribución del Grupo del Banco Mundial

El financiamiento del Banco Mundial para la gestión de los recursos hídricos alcanzó cerca de US$8080 millones, los cuales se destinaron a proyectos aprobados durante los ejercicios de 2004-2013. En el ejercicio de 2011, al igual que en el de 2012, los recursos entregados para este fin llegaron a US$1200 millones; y en el de 2013, a US$800 millones.

Asociados

El Banco Mundial colabora con asociados para apoyar mecanismos innovadores en la gestión integrada de los recursos hídricos. Este tipo de cooperación ha sido importante debido al amplio alcance de las necesidades e iniciativas.

La institución mejora la calidad de sus proyectos de agua gracias a la asistencia adicional que recibe de los programas de las alianzas mundiales.

El Programa de Asociación para el Agua (WPP, por sus siglas en inglés) (i) del Banco es un fondo fiduciario de múltiples donantes que contribuye a los esfuerzos de reducción de la pobreza a través del fomento del trabajo operacional y analítico. Para este fin, incorpora enfoques pragmáticos en la gestión de los recursos hídricos, el abastecimiento de agua y la prestación de servicios de saneamiento. En su primera fase (2009-2012), el programa ayudó a la movilización de casi US$11 700 millones en financiamiento del Banco y aseguró el acceso de más de 50 millones de personas a servicios mejorados de agua y saneamiento. En el marco de la segunda fase del WPP (2013-16), se comprometerán recursos por más de US$40 millones para enfrentar los desafíos en este ámbito, abordando las interconexiones entre seguridad alimentaria, energética e hídrica y apoyando las sendas hacia el crecimiento ecológico y resiliente frente al clima. 

Prácticamente en todos los procesos de generación de energía se requieren grandes cantidades de agua. A la inversa, el sector hídrico necesita energía para extraer y transportar agua y tanto  la energía como el agua se usan en la producción de cultivos. A fin de apoyar los esfuerzos de los países para responder de manera activa a los desafíos que presenta la gestión de ambos elementos, el Banco Mundial lanzó en 2013 la iniciativa sobre la interdependencia entre la energía y el agua con el apoyo del WPP. Esta busca ayudar a los Gobiernos a prepararse para un futuro incierto y romper con los silos disciplinarios que impiden la planificación intersectorial. La iniciativa demuestra la importancia de contar con enfoques donde la energía y el agua se gestionen conjuntamente por medio del trabajo regido por la demanda en varios países, para brindar ejemplos de cómo las herramientas operacionales basadas en pruebas y aplicadas a la gestión de los recursos pueden mejorar el desarrollo sostenible. 

Además de entregar soluciones innovadoras y con frecuencia integradas para los servicios de agua, las actividades del WWP adoptan un enfoque global para la gestión de los recursos hídricos trabajando a nivel de cuenca o delta fluvial o país en la evaluación y definición de las mejores estrategias en materia de gestión sostenible. El Equipo de Expertos en Recursos Hídricos (WET, por sus siglas en inglés) (i) del programa, que moviliza conocimientos técnicos de alto nivel y escala mundial para satisfacer demandas complejas y urgentes, también dedica dos tercios de su apoyo a los programas del Banco de gestión de dichos recursos que se centran en  mejorar la toma de decisiones en la gestión del riesgo de desastres y las incertidumbres en el marco de los impactos generados por la variabilidad natural de los recursos hídricos y el cambio climático. 

La Iniciativa sobre el Agua de Asia Meridional (SAWI, por sus siglas en inglés), (i) es una asociación de múltiples donantes establecida en 2009 entre el Banco Mundial y los Gobiernos del Reino Unido, Australia y Noruega. Su principal objetivo es intensificar la cooperación regional en la ordenación de los principales sistemas fluviales del Himalaya en Asia meridional y lograr capacidad de adaptación al clima y desarrollo sostenible, equitativo e inclusivo. SAWI apoya actividades relacionadas con la gestión de los sistemas hídricos transfronterizos del Gran Himalaya de Afganistán, Bangladesh, Bhután, China, India, Nepal y Pakistán. El fundamento clave de esta participación es demostrar y luego ayudar a materializar los beneficios mutuos que genera la cooperación a lo largo de las cuencas fluviales compartidas. 

El programa de Cooperación en Aguas Internacionales de África (CIWA, por sus siglas en inglés) (i) apunta a apoyar y asistir a Gobiernos ribereños de África en el trabajo conjunto para abordar y destrabar las restricciones al crecimiento y el desarrollo que plantean las aguas internacionales. De manera específica, se centra en el fortalecimiento de la cooperación regional, la gestión y explotación de los recursos hídricos y el compromiso y la cooperación de las partes interesadas permitiéndoles mayor participación y rendición de cuentas. El programa es apoyado por asociados en el desarrollo, como el Reino Unido, Dinamarca y Noruega. 

En marzo de 2011, el Banco Mundial firmó un memorando de entendimiento con el Gobierno de Estados Unidos destinado a ampliar y mejorar la colaboración en el sector hídrico. El Banco trabaja en estrecha colaboración con 16 organismos estadounidenses para respaldar a los países en desarrollo en el manejo de crisis mundiales del agua, tales como la falta de saneamiento y agua potable segura, la reducción de los acuíferos, las sequías, las inundaciones y los impactos del cambio climático.

Próximos pasos

El liderazgo permanente del Banco Mundial y la consolidación de su apoyo serán fundamentales para garantizar los logros mencionados anteriormente y aumentar loe avances en cuanto al alivio de la pobreza y el desarrollo sostenible. En la actualidad, el Banco está desarrollando una nueva visión de este tema que fortalece las prácticas relacionadas con el fin de cumplir las expectativas relativas a un liderazgo audaz y satisfacer las cambiantes necesidades de los clientes. Esta perspectiva pone al sector hídrico en un lugar central cuando se trata de ayudar a las personas, economías y ecosistemas a prosperar y contribuir así a un mundo sin pobreza. Los próximos pasos del Banco Mundial serán: 

  • Fortalecer las gestiones para abordar la variabilidad del clima en proyectos financiados por el Banco a través de un mejor sistema de almacenamiento y otras medidas de adaptación, control de inundaciones y preparación para ofrecer respuestas de emergencia.
  • Dedicar más recursos a la exploración y fortalecimiento de los vínculos entre el agua y otros sectores, como energía, agricultura y medio ambiente, y apoyar iniciativas destinadas a mejorar las instituciones y los mecanismos de distribución del agua.
  • Garantizar que las consideraciones sobre el agua se incluyan en la planificación sectorial de cada país.
  • Mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento de agua.
  • Asegurar que el programa de seguridad alimentaria considere el riego y trabaje con los clientes para mejorar la eficiencia de los actuales planes de regadío.
  • Fortalecer el uso y el suministro de datos para la toma de decisiones y el diálogo entre países y facilitar la integración de tecnologías para contar con información más confiable.
  • Continuar con el respaldo sólido a las reformas institucionales y la formación de capacidades de organizaciones relevantes y fortalecer las asociaciones mundiales para generar impactos permanentes.

Beneficiarios

Es algo que Arwa Mohamed recuerda bien. Cuando llovía, las calles de su vecindario en Taiz, Yemen, se inundaban tanto que las personas quedaban aisladas durante días. “Cuando llovía y los niños estaban en la escuela, teníamos miedo, porque el agua subía y cortaba las calles; quienes estaban en casa, normalmente las madres, esperaban a los niños mirando por la ventana para gritarles: ‘¡no traten de cruzar, es peligroso!’. Una vez las aguas incluso se llevaron a una anciana y su nieto”. Por fin, comenta Arwa, “el vecindario es seguro. Sigue lloviendo, pero el agua ahora corre por debajo del vecindario (a través de un canal cubierto) y no sobre él. Ahora contamos con estas calles bien pavimentadas y podemos cruzar incluso cuando hay inundaciones; antes, quedábamos completamente aislados cuando llovía, ¿entiende a lo que me refiero?”. 

Shawki Ahmed Hayel Saeed, comerciante y miembro del Consejo Local de Taiz, señala: “En estos últimos años, Taiz no solo mejoró porque se solucionó el problema de las inundaciones, sino que además hubo contratos adicionales para implementar estos proyectos, para pavimentar y asfaltar muchas calles de la ciudad, lo que dio empleo a muchas personas y ayudó al consejo local a capacitar y mejorar los ingresos de la población que participó en el proyecto”.

Para Amin Jibari, comerciante de 28 años, el proyecto finalmente trajo seguridad a su hogar, que se encuentra en un sótano: “¡Se acabó! Ahora todo está bien después de que construyeron el canal y el muro de contención; ya no hay inundaciones, estamos relajados, ¡sin inundaciones!”. Amin cuenta que desde que se construyó el canal cubierto en las cercanías, ¡él y su familia de cinco personas ya no corren peligro!


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La región de Taiz, en las tierras altas de Yemen finalmente se recupera de las inundaciones estacionales. Un nuevo proyecto está construyendo estructuras de protección.  Vea video en inglés.


Contribución del Grupo del Banco Mundial

El financiamiento del Banco Mundial para la gestión de los recursos hídricos alcanzó cerca de US$8.000 millones, los que fueron destinados a proyectos aprobados durante los ejercicios de 2002-2012.  En el ejercicio de 2011, al igual que en 2012, el financiamiento llegó a US$1.200 millones.

Asociados

El Banco Mundial colabora con asociados para apoyar la innovación en la gestión integrada de los recursos hídricos. Este tipo de cooperación ha sido importante debido al amplio alcance de las necesidades e iniciativas.

El WPP (i) es un fondo fiduciario de múltiples donantes financiado por el Reino Unido, los Países Bajos y Dinamarca. Este fondo busca mejorar los esfuerzos del Banco Mundial para reducir la pobreza a través del mejoramiento de la gestión de los recursos hídricos y la prestación de servicios de abastecimiento de agua. La iniciativa financia cerca del 40% de toda la labor analítica del Banco Mundial sobre el agua y, en la actualidad, apoya actividades en 55 países. El financiamiento del WPP pone atención especial en África, la igualdad de género, la reducción de la pobreza, además de la calidad de las operaciones crediticias. Se ha iniciado la segunda fase del programa, la cual es mayor en cuanto a tamaño y alcance.

La Iniciativa de Agua de Asia Meridional (SAWI, por sus siglas en inglés) es un fondo fiduciario de múltiples donantes lanzado en 2008 con el objetivo de fortalecer la gestión de los recursos hídricos dentro y entre los países de esta región, con énfasis en la cooperación y adaptación al cambio climático. Hasta la fecha, los donantes han comprometido un total de US$9,5 millones, de los cuales US$5,5 millones ya han sido transferidos al Banco Mundial.

En marzo de 2011, el Banco Mundial firmó un memorando de entendimiento con el Gobierno de Estados Unidos a fin de ampliar y mejorar la colaboración en el sector del agua. La institución trabaja en estrecha colaboración con 16 organismos estadounidenses para respaldar a los países en desarrollo en el manejo de las crisis mundiales del agua, tales como la falta saneamiento y agua potable segura, la reducción de los acuíferos, las sequías, las inundaciones y los impactos del cambio climático.

Próximos pasos

El liderazgo permanente del Banco Mundial y la consolidación de su apoyo serán fundamentales para garantizar los logros mencionados anteriormente y aumentar los beneficios para el alivio de la pobreza y el desarrollo sostenible. En la actualidad, el Banco Mundial está desarrollando una nueva visión de este tema, que fortalece las prácticas relacionadas con el fin de cumplir con las audaces aspiraciones de liderazgo y satisfacer la cambiante necesidad de los clientes. Esta perspectiva da un lugar central al sector hídrico para ayudar a las personas, economías y ecosistemas a prosperar y contribuir así a un mundo sin pobreza. Los próximos pasos del Banco Mundial serán:

  • Fortalecer las gestiones para abordar la variabilidad del clima en proyectos financiados por el Banco Mundial a través de un mejor sistema de almacenamiento, control de inundaciones y preparación para ofrecer respuestas de emergencia.
  • Dedicar más recursos a la exploración y fortalecimiento de los vínculos entre el agua y otros sectores, como energía, agricultura y medio ambiente, y garantizar que las consideraciones sobre el agua se incluyan en planificación sectorial del país.
  • Aumentar el apoyo a la energía hidroeléctrica y buscar más oportunidades que permitan mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento de agua.
  • Asegurar que el programa de la seguridad alimentaria considere el riego y trabaje con los clientes para mejorar la eficiencia de los actuales planes de regadío.
  • Fortalecer el uso y suministro de datos para la toma de decisiones y el diálogo entre países y facilitar la integración de tecnologías para contar con información más confiable.
  • Continuar con su sólido respaldo a las reformas institucionales y la formación de capacidades de organizaciones relevantes y fortalecer las asociaciones mundiales para generar un impacto permanente.

Beneficiarios

Es algo que Arwa Mohamed recuerda bien.  Cuando llovía, las calles de su vecindario en Taiz, República del Yemen, se inundaban tanto que las personas quedaban aisladas durante días. “Cuando llovía y los niños estaban en la escuela, teníamos miedo, porque el agua subía y cortaba las calles; quienes estaban en casa, normalmente las madres, esperaban a los niños mirando por la ventana para gritarles: ‘¡no crucen, es peligroso!’.  Una vez las aguas se llevaron a una anciana y a su nieto”. Por fin, comenta Arwa, “el vecindario es seguro. Sigue lloviendo, pero el agua ahora corre por debajo del vecindario (a través de un canal cubierto) y no por encima de él. Ahora contamos con estas calles bien pavimentadas y podemos cruzar incluso cuando hay inundaciones; antes, quedábamos completamente desconectados cuando llovía, ¿me comprende?”.

Para Amin Jibari, comerciante, el proyecto trajo seguridad a su hogar, que se encuentra en un sótano: “¡Se acabó! Ahora todo está bien después de que construyeron el canal y el muro de contención; ya no hay inundaciones, estamos relajados, ¡sin inundaciones!”. Amin señala que desde que se construyó el canal cubierto en las cercanías, ¡él y su familia de cinco personas ya no están en peligro!

MULTIMEDIA

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Ahorro de 15 millones
de metros cúbicos de agua extraída cada año del acuífero local gracias a las mejoras en las zonas de regadío en Yemen.




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