La paz y el desarrollo van de la mano en Colombia

Desafío

Colombia, a pesar de su impresionante desarrollo económico enfrenta un desafío constante por los altos niveles de desigualdad. El conflicto interno y los altos índices de violencia han tenido un impacto negativo en el desarrollo social y económico del país. Entre 4,7 y 5,7 millones de personas fueron desplazadas internamente entre 1985 y 2012. El conflicto se libra principalmente en las zonas rurales por el control del territorio. Se lleva a cabo en regiones caracterizadas por la debilidad de las instituciones y, en muchos casos, la corrupción y el  clientelismo, altos niveles de impunidad, la expansión de los cultivos ilícitos, y pocas oportunidades de participación de las instituciones de la sociedad civil. El proyecto asume el reto de ayudar a las poblaciones de bajos ingresos y desplazadas en las comunidades rurales y urbanas de las regiones afectadas por el conflicto, con el objetivo de reducir el riesgo de su exposición a los conflictos y mitigar el impacto negativo de posibles efectos derivados. En particular, el proyecto utilizó dos enfoques en las regiones afectadas por el conflicto en medio de la violencia: i) la creación de activos para mitigar el riesgo de desplazamiento, y ii) la restauración de una red de seguridad básica para las familias desplazadas y vulnerables, como primer paso vital en su desarrollo social y la estabilización económica.

Solución

Durante un período de 14 años, el proyecto ha diseñado, probado y validado una innovación para el desarrollo (modelo de intervención) que incluye tres componentes principales:

i) un conjunto de principios rectores del desarrollo para crear condiciones para una paz duradera;

ii) una metodología comprobada, que es altamente inclusiva y sigue un proceso paso a paso que empieza por lo pequeño y local, y va extendiendo sus beneficios, su complejidad y su influencia a lo largo del tiempo; y

iii) un acuerdo institucional para gestionar las actividades basadas en la colaboración entre las organizaciones de la sociedad civil y el gobierno (a nivel nacional y territorial) facilitado por el Banco Mundial. El proyecto desarrolló bienes sociales, económicos y ambientales y apoyo comunitario a las familias desplazadas y vulnerables en las áreas prioritarias de las regiones afectadas por el conflicto a través de una amplia gama de sub-proyectos, que  iban desde la seguridad alimentaria y generación de ingresos hasta la promoción social y cultural. 

Resultados

• El proyecto tuvo un impacto positivo en la superación de la pobreza, que incluye: i) los efectos directos sobre la temprana estabilización de la población vulnerable y desplazada cuya pobreza se ha visto agravada por el conflicto armado; ii) mayores capacidades sociales para enfrentar la pobreza, asociada a una mayor integración social, el fortalecimiento de las organizaciones y redes sociales, y un aumento en la reciprocidad de la comunidad; y iii) un aumento en el nivel de las relaciones de confianza y de la comunidad con las instituciones públicas, ayudando a que 7 de cada 10 participantes se  inscribieran en programas sociales del Estado relacionados con la lucha contra la extrema pobreza y la prestación de asistencia a la población desplazada.

• Se generaron activos sociales, económicos y ambientales a un total de 89.367 beneficiarios. Más del 60% de estos beneficiarios, fueron inscritos en los subproyectos de generación de ingresos y la gestión social, cultural y ambiental. Más de 700 subproyectos fueron implementadas por organizaciones sociales y comunitarias.

• En términos de fortalecimiento institucional y organizativo, el Proyecto fortaleció el Estado a nivel local, ya que aumentó la participación ciudadana y política, e involucró a las  organizaciones beneficiarias en asuntos de la vida municipal. Durante la implementación del Proyecto se fortalecieron 664 organizaciones beneficiarias  y 60% aumentó sus índices de capacidad por encima de los niveles iniciales. A través de la implementación directa de varios tipos de subproyectos, estas organizaciones han aumentado sus capacidades y están influyendo en las políticas públicas a nivel regional y local.

• Por último, el Programa de Paz y Desarrollo se ha incorporado en tres Planes de Desarrollo Nacional (2002-2006, 2006-2010 y 2010-2014), y su innovador modelo de intervención ha inspirado a varios documentos de política nacional (CONPES) en las siguientes áreas: Reparación Integral a las Víctimas, Juntas de Acción Comunal, Prevención de Reclutamiento de niños y jóvenes, Promoción de la Participación Ciudadana, la Consolidación Territorial y Reconstrucción, Lucha contra la Corrupción, Política Nacional de la Juventud y otras políticas nacionales (cultura democrática y el espíritu empresarial). 

Contribución del Banco Mundial

El IBRD proporcionó US$ 30 millones en 2004 y un financiamiento adicional de US$ 7,8 millones en el 2010 para el Gobierno de Colombia. La Unión Europea contribuyó con cerca de US$ 130 millones como fondos de contrapartida del Programa de Paz y Desarrollo,  las organizaciones asociadas a nivel regional aportaron alrededor de US$12 millones entre 2004 y 2012. Cuatro operaciones se asociaron al Programa de Paz y el Desarrollo: Género en Paz y Desarrollo (100.000 dólares del Fondo Fiduciario de Género); Fortalecimiento institucional de los municipios con poblaciones afrodescendientes (US$ 1,58 millones del Fondo de Desarrollo Institucional); Derechos Humanos en los Programas Regionales de Desarrollo y Paz (US$400.000 dólares del Fondo Fiduciario Nórdico); y Acceso a Oportunidades para los Jóvenes (US$1, 73 millones del Fondo de Desarrollo Social de Japón); todos administrados por el Banco Mundial.

Alianzas

Las alianzas (que se enumeran en la sección anterior) permitieron la participación de múltiples partes y dio lugar a una combinación productiva y el equilibrio de "propios y extraños". Es decir, la combinación de un profundo conocimiento del contexto, la motivación y el compromiso, credibilidad, confianza, legitimidad y continuidad proporcionada por los líderes y el personal de las organizaciones asociadas en el campo y, al pasar el tiempo, también por los dirigentes de las organizaciones de base comunitarias. Los socios externos, tales como el gobierno, el Banco Mundial, las Naciones Unidas y la Unión Europea, contribuyeron con experiencia internacional, nuevas ideas y técnicas, además de la financiación externa.

Hacia adelante

Todos los programas de paz y desarrollo regionales incorporados en el Programa de Paz y Desarrollo han seguido funcionando después de la finalización del proyecto y varios de ellos están jugando un papel clave en la formulación e implementación de políticas de paz y desarrollo, en particular los relacionados con las víctimas, el desarrollo rural y la participación. La metodología de intervención del Programa, durante los ocho años de aplicación, ha demostrado ser eficaz en relación con los temas de la agenda nacional, en escenarios tanto de la confrontación armada y la transición, lo que permite la recuperación de las comunidades pobres afectadas por la violencia, así como la generación de condiciones para la llegada de las intervenciones institucionales más robustas. En los últimos años, las lecciones generadas por el Programa se han empleado para el diseño de políticas públicas, así como la participación activa de las Organizaciones Asociadas del Programa en varios emprendimientos. Recientemente, el Banco Mundial ha creado un Fondo de Múltiples Donantes para la Paz de continuar promoviendo la paz y el desarrollo en Colombia. Los proyectos que serán financiados por este Fondo se pueden beneficiar de las lecciones del Programa de Paz y Desarrollo y se puede tomar ventaja de las capacidades institucionales que se han instalado en el nivel regional y local.

Beneficiarios

Los beneficiarios del proyecto son familias pobres y vulnerables, así como a las personas desplazadas que regresan o son reubicadas; organizaciones comunitarias, asociaciones de pequeños productores y micro-empresas, gobiernos municipales; organizaciones asociadas que se fungen como representantes legales de los Programas Regionales de Desarrollo y Paz.

En palabras de los beneficiarios del proyecto, el Programa de Paz y el Desarrollo ha contribuido al aumento de los niveles de reciprocidad y confianza en nuestras comunidades; tenemos mayor confianza en nuestras instituciones públicas, en particular la policía y las fuerzas armadas; nos sentimos más responsables de nuestro propio futuro; hemos aumentado la capacidad y la voluntad de participar, para asumir posiciones de liderazgo e influir en los asuntos públicos; ahora resolvemos los conflictos mediante el uso de las estrategias comunitarias y preferimos una acción colectiva por encima de la de una sola persona para hacer frente a las amenazas por parte de actores armados ilegales.