Aunque la iniciativa permitiría rescatar de la pobreza a millones de personas, los países enfrentan riesgos considerables
CIUDAD DE WASHINGTON, [18] de junio de 2019. Si bien la Iniciativa Cinturón y Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) podría acelerar el desarrollo económico y reducir la pobreza en decenas de países en desarrollo, debe ir acompañada de profundas reformas normativas que aumenten la transparencia, mejoren la sostenibilidad de la deuda y mitiguen los riesgos ambientales, sociales y de corrupción. Así lo indica un nuevo estudio del Grupo Banco Mundial sobre los corredores de transporte de la iniciativa.
El estudio Belt and Road Economics (Economía del cinturón y la ruta), que se basa en un análisis empírico independiente, está diseñado para ayudar a las autoridades normativas de los países en desarrollo a sopesar los posibles beneficios y riesgos de participar en proyectos de la iniciativa. En él se evalúa la red de proyectos de transporte propuestos en alrededor de 70 países a lo largo de los corredores terrestres y marinos de la BRI que conectan Asia, Europa y África. Además, se recomienda una serie de políticas para ayudar a los países en desarrollo de esos corredores a maximizar los beneficios potenciales y mitigar, al mismo tiempo, una variedad de riesgos.
“Para alcanzar las ambiciosas metas de la Iniciativa Cinturón y Ruta, será necesario que los países participantes lleven a cabo reformas igualmente ambiciosas”, afirmó Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial. “Las mejoras en la presentación y la transparencia de los datos —especialmente respecto de la deuda—, la contratación pública abierta, y la adhesión a los más altos estándares sociales y ambientales serán de gran ayuda”.
Según el análisis, si se aplicara plenamente, la iniciativa permitiría rescatar a 32 millones de personas de la pobreza moderada, que incluye a quienes viven con menos de USD 3,20 al día. Asimismo, podría incrementar en hasta un 6,2 % el comercio mundial y en hasta un 9,7 % el comercio de las economías de los corredores. El ingreso mundial podría crecer hasta un 2,9 %. En el caso de las economías de los corredores que son de ingreso bajo, la inversión extranjera directa podría aumentar hasta un 7,6 %. Al mismo tiempo, para algunos países, el costo de infraestructura relacionado con la iniciativa podría superar los posibles beneficios.
En el estudio, realizado por un equipo de economistas del Grupo Banco Mundial dirigidos por Michele Ruta, se concluyó que para que los países puedan obtener beneficios relacionados con la iniciativa será imprescindible llevar a cabo reformas normativas complementarias. El ingreso real de las economías de la BRI podría ser entre dos y cuatro veces mayor si se promueve la facilitación del comercio y se reducen las restricciones comerciales. Además, contar con una mayor movilidad laboral y políticas de ajuste más sólidas garantizaría una distribución más equitativa de las ganancias.
No obstante, se indicó que la iniciativa también conlleva importantes riesgos que se ven exacerbados por la falta de transparencia y la debilidad institucional de las economías participantes. Dado que muchos proyectos de la BRI son transfronterizos, es indispensable que las economías de los corredores estén coordinadas entre sí. En el caso de 12 de las 43 economías de los corredores sobre las que se dispone de datos pormenorizados, las perspectivas de sostenibilidad de la deuda podrían deteriorarse a mediano plazo. La iniciativa podría incrementar en un 0,3 % las emisiones de carbono a nivel mundial y en hasta un 7 % las de los países con bajos niveles de emisiones.
“El éxito de la BRI depende de que se adopten medidas de políticas en tres amplias categorías: transparencia, brechas específicas de los países y cooperación multilateral”, manifestó Caroline Freund, directora del Departamento de Prácticas Mundiales de Macroeconomía, Comercio e Inversión del Banco Mundial. “Se necesita una mayor transparencia en todos los niveles, incluida la planificación de proyectos, la elaboración de presupuestos, las adquisiciones y la presentación de informes públicos sobre los niveles de deuda. Para sacar pleno provecho de la BRI, los países deberán trabajar juntos. Además, muchos países deben fortalecer sus normas ambientales, adoptar redes de protección social y mejorar la movilidad laboral”.