América Latina y el Caribe enfrenta la mayor crisis educativa de su historia. Los graves impactos educativos derivados de la COVID-19 demandan acciones urgentes, coordinadas y a escala para rescatar el presente y el futuro de las niñas, niños y jóvenes de la región. En América Latina, el porcentaje de niños afectados por la pobreza de aprendizajes —52 % antes de la pandemia— podría llegar a más del 70 % debido a los cierres prolongados de las escuelas y a la brecha digital que redujo la eficacia de la educación a distancia.
La recuperación de los aprendizajes básicos es urgente, y es posible mediante un compromiso político común, la articulación de todos los actores del sistema educativo, y la inversión eficiente en beneficio de nuestros niños y maestros. Desde el Banco Mundial destacamos cuatro áreas fundamentales para lograr este objetivo
- Dar prioridad al aprendizaje básico con el método correcto –incluyendo la lectura y las matemáticas-.
- Mejorar la calidad de los maestros brindándoles el apoyo que necesitan.
- Asegurar que las escuelas/colegios tengan los materiales necesarios para promover el aprendizaje.
- Implementar metodologías de medición del sistema educativo para mejorar la eficiencia de la gestión a nivel local y de todo el sistema.